viernes, 22 de noviembre de 2013

El día que un madridista ayudó al Atlético de Madrid

En la temporada 63-64 las cosas no iban nada bien para el Atlético de Madrid, que además estaba inmerso en la construcción del que sería su nuevo estadio . Los fichajes de aquel año no fueron notables, Trallero, Otalde, Zamanillo, José Luis, Loma....
Si a eso le añadimos que parte de sus hombres importantes estaban descontentos con lo que ganaban, singularmente Chuzo y Collar, resulta fácil comprender que la temporada estaba siendo bastante complicada. Collar no estaba contento, porque le prometieron cobrar como el que más, y sabía  a ciencia cierta que Ramiro, buen medio brasileño, ganaba más que él. Con todo eso, no fue raro  que el Atlético empezara mal la temporada. 
Tinte, el entrenador, tenía problemas para hacerse con la situación, y eso que el equipo el año anterior había llegado a la final de la Recopa ante el Tottenham, pero el ambiente en el club era malo. Tan malo que en la novena jornada eran colistas.
El Real Madrid tenía entonces en el Plus Ultra a un buen delantero centro de nombre, Ramón Moreno Grosso, conocido futbolísticamente por su segundo apellido.
Javier Barroso, por aquel entonces presidente del Atlético de Madrid del que había sido portero del club en los años anteriores a la guerra, recurrió a Bernabéu para que le cediera a este jugador con la idea de darle ilusión y capacidad de remate a la delantera. Al mismo incorpora como vicepresidente a Vicente Calderón. a favor del que dimitirá en las próximas elecciones. Poco antes de ese relevo tiene lugar la aparición de Grosso en el ataque del Atlético.
Fue el 12 de enero, de 1964  ante el Murcia en partido televisado en directo. El Murcia era un recién ascendido, llamado a pasar penurias, pero aquel día en el Metropolitano en el minuto 84 el marcador reflejaba un empate a uno. Fue entonces cuando Grosso cazó un remate de chilena que supuso el 2-1. Fue un gol muy comentado, por el hecho del favor del Madrid al Atlético, por la importancia de esa victoria que sacaba al Atlético de los puestos bajos, y por la singularidad del remate y su dramatismo al darse en los minutos finales. Hasta el final de temporada, Grosso solo marcaría dos goles más con el conjunto colchonero, pero los más viejos del lugar  recuerdan que fue decisivo para que el Atlético sacara esa temporada adelante. Lo justifican diciendo que aquel gol ante el Murcia, aquella victoria fue un punto de inflexión en la marcha del equipo rojiblanco, que acabaría clasificado en séptimo lugar.

Grosso regresó después de hacer la mili al Real Madrid. Por necesidades, retrasó su posición al medio del campo, junto a Pirri y Velázquez, lo que le alejó bastante del gol. No obstante, su carrera fue brillante, con siete ligas, tres copas, y una copa de Europa siendo 14 veces internacional.

Cuando se retiró dejó la estela de jugador esforzado y digno. Y siempre se recordó el auxilio que le había hecho al Atlético en un momento difícil.

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