viernes, 29 de noviembre de 2013

El Gol de los 340 muertos

Años más tarde, Serguei Shvetsov diría que nunca debería haber marcado ese gol. Se trataba de la ida de la UEFA contra el Haarlem holandés. El Ludniki tenía una buena entrada como correspondía a la importancia del partido. El Spartak ganaba uno a cero y el partido estaba tocando a su fin. Algunos espectadores empezaron a salir del estadio con esa sensación de 1-0 no está mal, pero..... En eso en el último suspiro marcó Shvetsov el dos a cero y los que estaban ya saliendo escucharon el inconfundible sonido de un gol favorable. El gol fue tan sobre la hora que no dio lugar ni al saque de centro. El árbitro pitó el final y los que se habían quedado tomaron, eufóricos el camino de la salida; y chocaron con los que, aún en los pasillos o en las puertas, regresaban para ver el desenlace del partido, para confirmar que ese sonido era un gol del Spartak.

El choque de esas dos fuerzas opuestas resultó devastador. Bueno, sería más correcto hablar de los choques en lugar del choque, ya que hubo varios en varias galarías y escaleras del Ludniki. Los que venían detrás empujaban a la masa detenida  que a su vez, chocaba contra otra masa también detenida, también empujada por detrás. Cuando todo se fue disolviendo, y volvió la normalidad, llegó la hora de las asistencias sanitarias. que en la URRS de entonces no eran lo que podría uno calificar como ejemplares. La evacuación fue lenta, los hospitales no estaban preparados y empezaron a  saturarse. La autoridades reaccionaron de tarde, y cuando lo hicieron, trataron de minimizar el asunto. En primera instancia, se pretendió que la noticia no saliese de la URRS y de cara al pueblo ruso, se fijó la cifra en sesenta y dos muertos y se acordó un cierre del campo por luto para los siguientes dos partidos.

Tienen que pasar años y caer Gorbachov para que se conozcan las cifras reales: 340 muertos. Ese fue el coste del gol de Shvetsov. La revelación del número viene animada, por la tragedia de Hillsborough ya reseñada, que permitió a los rusos no sentirse tan avergonzados por haber sufrido tantas víctimas en la tragedia, ya que años más tarde una cosa así de terrible podía también ocurrir en Inglaterra. Fue cuando los periodistas al revelarse el dato buscaron a Shvetsov y el declaró que mejor no hubiese marcado aquel gol. En los días de los hechos la información de la prensa había sido mínima o inexistente.

Pero al menos gol el gol si valió para algo; ya que en la vuelta el Spartak caía por 3-1, de modo que el dos a cero le valió para pasar de ronda. Su adversario en octavos de final fue el Valencia, que le eliminó para a su vez, caer en cuartos ante el Anderlecht. Un Anderlecht donde destacaba  un brillante emdia punta de Coría del Río, hijo de emigrantes , llamado Juan Lozano.

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