En ese sentido el fútbol es tan viejo como la vida: se compite contra un rival y durante la semana contra los compañeros, para ganarse un lugar entre los compañeros. Cuando Di Stéfano era entrenador y algún jugador se quejaba en los medios de comunicación por no jugar, tenía una sabia y simple respuesta. ¡¡Que diga por qué compañero quiere entrar." y así devolvía el problema al vestuario.
Y hoy por hoy, aunque esté de moda, me parece una gran falta de respeto reclamar un lugar en público, o salir del campo haciendo gestos por una sustitución mientras un compañero espera en la banda para entrar.
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